El viaje de Harold comenzó en una fábrica de cachorros local, un lugar donde las madres perras están confinadas en jaulas pequeñas y se cría...
El viaje de Harold comenzó en una fábrica de cachorros local, un lugar donde las madres perras están confinadas en jaulas pequeñas y se crían innumerables cachorros con fines de lucro. Estos molinos plantean riesgos importantes para los animales, incluidos importantes defectos de nacimiento y problemas de salud de por vida.
Vendido por la asombrosa suma de $ 7,000, Harold se encontró al cuidado de un nuevo propietario que lo cuidó con amor hasta que recuperó la salud después de una enfermedad de las vías respiratorias superiores. Pero pronto recibió un golpe devastador. Harold perdió el uso de sus patas traseras debido a la curvatura de la columna causada por la sobrecruzamiento. Esta condición, similar a la escoliosis, lo dejó sin sensación en sus cuartos traseros.
Al reconocer la necesidad de atención especializada de Harold, su nuevo dueño lo entregó desinteresadamente a Dallas DoggRRR, una organización dedicada a rescatar y rehabilitar animales necesitados. Sin dudarlo, llevaron a Harold al hospital de emergencia para animales.
Durante dos días agonizantes, Harold luchó por comer sin regurgitar. El equipo médico descubrió ulceraciones, estenosis en sus intestinos, adherencias abdominales, ganglios linfáticos agrandados, niveles elevados de hígado y la presencia de líquido gastrointestinal en su abdomen y esófago durante una cirugía exploratoria de emergencia.
A pesar de los desafíos que enfrenta, Harold se ha convertido en un querido residente de Dallas DoggRRR. Es su mascota y embajador en las redes sociales, creando conciencia sobre la difícil situación de animales como él.
“Es un verdadero guerrero”, afirma la organización. “Pero nos rompe el corazón verlo sufrir tanto. Estamos decididos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para ayudar a Harold”.
Al compartir la historia de Harold, no sólo admiremos su resiliencia sino que también reflexionemos sobre la importancia de las prácticas de cría responsables y la necesidad de regulaciones más estrictas para proteger a los animales inocentes. Juntos, podemos marcar una diferencia en sus vidas y asegurarnos de que no más animales sufran como lo hizo Harold. ¿Alguna vez te has encontrado con una historia similar de coraje y perseverancia? Comparta sus pensamientos y experiencias en los comentarios a continuación.
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